Desde la salida del cepo el atraso es del 28 %. Las próximas
elecciones sostendrían la situación, por lo menos hasta octubre próximo.
Un informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la
Universidad de Belgrano señaló que el tipo de cambio real cayó 1,4% en
abril y el atraso cambiario ya llega a 28,1% con relación a diciembre de 2015.
“El deterioro cambiario sigue alentando el ingreso de importaciones y
castiga a las exportaciones argentinas. De hecho, en el primer
cuatrimestre del año se observa un fuerte crecimiento en las
importaciones de textiles (30%), calzado (25%) y automóviles (72%)”,
alertó Víctor Beker, el director del Centro de Estudios de la Nueva
Economía (CENE) de esa casa de estudios.
El economista señaló además que “la contracara es el derrumbe de las
ventas al exterior de minerales metalíferos (44,2%), productos
farmacéuticos (37,4%) y preparados de frutas y hortalizas (11,8%), en
comparación con igual periodo del año anterior”.
Asimismo el CENE recordó que el atraso cambiario se calcula tomando
la evolución del tipo de cambio hasta el presente, a la que se le agrega
la inflación en los Estados Unidos, medida por el índice de precios al
productor; finalmente, se divide por la evolución del Índice de Precios
al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires para el rubro servicios.
Mientras la inflación estadounidense mide la pérdida de poder
adquisitivo del dólar, la inflación local de los servicios aproxima la
pérdida de valor del peso en términos de los bienes no comercializables,
detalló el informe.
Futuro próximo
Al respecto, Christian Reos, jefe de Research de Allaria remarca que
dada la participación de inversores internacionales en las emisiones, y
el atraso en la cosecha y liquidación de la soja (por cuestiones
climáticas y de precio), “consideramos que el tipo de cambio se
mantendrá sin sobresaltos en las próximas semanas, incluso considerando
que estamos cada vez más cerca de las elecciones de medio término”.
De acuerdo con este punto, Ramiro Castiñeira director de Econométrica
manifestó que “en 2017 la economía se caracteriza por la recuperación
del nivel de actividad, ante una nueva cosecha récord, la obra pública y
un leve repunte del consumo vía recuperación del salario real ante una
menor inflación. La inversión privada arranca, pero sin la magnitud
necesaria para traccionar la macro”.
“Al momento de las elecciones la economía llegará creciendo a tasas
superiores al 3% lo que permitirá al oficialismo mostrar algunos
resultados económicos al momento de las urnas. Ahora bien, tras las
elecciones aflorarán nuevamente los problemas estructurales que no se
lograron resolver en los primeros dos años de gobierno. A la
situación fiscal con un rojo que encandila en los tres niveles de
gobierno, se suma un déficit en la balanza comercial, sostenido por el
regreso a un estructural déficit energético y la persistencia del atraso
cambiario”.
“En definitiva, tras las elecciones volverá con fuerza la agenda
económica de mediano plazo, sabiendo que el gradualismo en lo fiscal
está desdibujado y que no se puede sostener la actual dinámica apelando a
la deuda externa, tal como antes no era sostenible vivir de las
reservas”.
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