En 2016, la proporción de pymes industriales que perdió mercado interno a manos de las importaciones aumentó al 21%,
dato más preocupante aún si se tiene en cuenta que los precios de los
productos nacionales subieron menos que los provenientes del exterior.
El informe Competitividad e inserción internacional de las PyME industriales argentinas, elaborado por la Fundación Observatorio PyME, indica además que el "núcleo duro" exportador se estabilizó en 12,5%, y de esta forma cortó con la racha de caídas que se había iniciado allá por 2009.
Mientras se discute sobre el atraso del tipo de cambio, y la forma en el que el Gobierno desactivará el explosivo cóctel de tasas altas, inflación y dólar barato, el informe refleja que si bien la devaluación realizada a fines del 2015 por el la flamante administración de Mauricio Macri detuvo la caída de la competitividad internacional que las pymes industriales venían sufriendo nítidamente desde 2009, no logró frenar la amenaza importadora y la pérdida de mercado interno de las empresas menores.
El año pasado la depreciación del peso argentino se aceleró 32 puntos porcentuales con respecto a la depreciación registrada en 2015 (52% vs. 20%, respectivamente). Sin embargo, las pymes industriales trasladaron a precios apenas 8 puntos porcentuales del 23% al 31%. A esto se suma que los precios de exportación se incrementaron apenas un 1,5% en dólares. "La consecuencia de todo esto fue un abaratamiento para el resto del mundo de las manufacturas nacionales producidas por las pyme o, dicho de otro modo, un incremento de la competitividad internacional de estas empresas", señala Fopyme.
Para explicar porque las pymes perdieron terreno frente a los productos importados aunque vendieron más barato, hay que analizar la caída que sufrió el consumo y la industria doméstica. En ese contexto, la producción de las pymes industriales disminuyó un 8% en 2016, pero la importación de bienes competitivos de la producción local no disminuyó en la misma proporción. En definitiva, Fopyme analiza que "la producción nacional de las pyme fue muy sensible a la caída del PBI de 2016, mientras que las importaciones lo fueron mucho menos".
En línea con el Gobierno que afirma que no hay una "avalancha", el informe señala que "no existe una invasión de importaciones" aunque aclara que sí se observa "una mayor presencia" de productos extranjeros en el mercado doméstico. En definitiva por ahí pasa la queja de los empresarios pymes que ven cómo a la caída del consumo local se le suma el ingreso de productos importados que compiten directamente.
Sin embargo, es importante señalar que el impacto positivo de la devaluación compensó más que proporcionalmente estos los efectos negativos, ya que se registró una mejora del 17% en la rentabilidad de la exportación de las pymes industriales. "Esta dinámica determinó que la actividad exportadora de las pyme no siguiera cayendo, se estabilizara en el nivel de 2015, y contribuyó para que la disminución de la rentabilidad en el mercado interno fuera levemente morigerada", concluye Fopyme.
Al respecto, el informe alerta que "es necesario comprender que esta ventaja lograda con la devaluación del peso no podrá ser sostenible si no se acompaña con una adecuada política industrial y comercial, dado que su efecto por sí sólo es transitorio". En ese sentido, remarca que hay que darle a la producción industrial de las pymes una perspectiva de competitividad "a más largo plazo y una mejor gestión comercial de los mercados de exportación e importación".
• Involución
El deterioro en el potencial exportador de las pymes industriales se arrastra desde 2009. Para ello es interesante el análisis que realiza Fopyme de la proporción de pymes exportadoras y su grado de apertura externa, considerando cada uno de los sectores y el promedio.
La proporción de pymes que vendían al exterior alcanzaron en 2009 su nivel máximo con un 31%, cayendo en 2016 al 20%. En tanto que la apertura exportadora, medida como las ventas externas de las empresas exportadoras tuvo en 2010 punto más alto con el 22%, pasando al 14% el año pasado.
Al mirar el desglose surgen datos que muestran regresiones sumamente marcadas. El sector de Muebles pasó del 31% de empresas que vendían al exterior en 2009 al ínfimo 2% en 2016. Situación simular en el segmento de Maderas que cayó del 14% al 2%. Este derrumbe se debe a una reducción casi total de empresas exportadoras como así también porque las pocas empresas que continúan exportando envían al exterior una porción de sus ventas muy inferior.
Un caso paradigmático es el de Químicos, ha visto decrecer sustancialmente sus ventas al exterior, a pesar de que las empresas que realizan esas ventas ahora constituyen una mayor proporción del total. En 2010 las ventas al exterior representaban el 33% y en 2016 apenas el 8%, en tanto que la cantidad de empresas pymes exportadoras pasaron del 33% en 2009 al 59% en 2016. "Esto significa que más empresas operan en el mercado exportador, pero a un promedio de ventas al exterior inferior al registrado en 2010", señala el informe.
El informe Competitividad e inserción internacional de las PyME industriales argentinas, elaborado por la Fundación Observatorio PyME, indica además que el "núcleo duro" exportador se estabilizó en 12,5%, y de esta forma cortó con la racha de caídas que se había iniciado allá por 2009.
Mientras se discute sobre el atraso del tipo de cambio, y la forma en el que el Gobierno desactivará el explosivo cóctel de tasas altas, inflación y dólar barato, el informe refleja que si bien la devaluación realizada a fines del 2015 por el la flamante administración de Mauricio Macri detuvo la caída de la competitividad internacional que las pymes industriales venían sufriendo nítidamente desde 2009, no logró frenar la amenaza importadora y la pérdida de mercado interno de las empresas menores.
El año pasado la depreciación del peso argentino se aceleró 32 puntos porcentuales con respecto a la depreciación registrada en 2015 (52% vs. 20%, respectivamente). Sin embargo, las pymes industriales trasladaron a precios apenas 8 puntos porcentuales del 23% al 31%. A esto se suma que los precios de exportación se incrementaron apenas un 1,5% en dólares. "La consecuencia de todo esto fue un abaratamiento para el resto del mundo de las manufacturas nacionales producidas por las pyme o, dicho de otro modo, un incremento de la competitividad internacional de estas empresas", señala Fopyme.
Para explicar porque las pymes perdieron terreno frente a los productos importados aunque vendieron más barato, hay que analizar la caída que sufrió el consumo y la industria doméstica. En ese contexto, la producción de las pymes industriales disminuyó un 8% en 2016, pero la importación de bienes competitivos de la producción local no disminuyó en la misma proporción. En definitiva, Fopyme analiza que "la producción nacional de las pyme fue muy sensible a la caída del PBI de 2016, mientras que las importaciones lo fueron mucho menos".
En línea con el Gobierno que afirma que no hay una "avalancha", el informe señala que "no existe una invasión de importaciones" aunque aclara que sí se observa "una mayor presencia" de productos extranjeros en el mercado doméstico. En definitiva por ahí pasa la queja de los empresarios pymes que ven cómo a la caída del consumo local se le suma el ingreso de productos importados que compiten directamente.
Sin embargo, es importante señalar que el impacto positivo de la devaluación compensó más que proporcionalmente estos los efectos negativos, ya que se registró una mejora del 17% en la rentabilidad de la exportación de las pymes industriales. "Esta dinámica determinó que la actividad exportadora de las pyme no siguiera cayendo, se estabilizara en el nivel de 2015, y contribuyó para que la disminución de la rentabilidad en el mercado interno fuera levemente morigerada", concluye Fopyme.
Al respecto, el informe alerta que "es necesario comprender que esta ventaja lograda con la devaluación del peso no podrá ser sostenible si no se acompaña con una adecuada política industrial y comercial, dado que su efecto por sí sólo es transitorio". En ese sentido, remarca que hay que darle a la producción industrial de las pymes una perspectiva de competitividad "a más largo plazo y una mejor gestión comercial de los mercados de exportación e importación".
• Involución
El deterioro en el potencial exportador de las pymes industriales se arrastra desde 2009. Para ello es interesante el análisis que realiza Fopyme de la proporción de pymes exportadoras y su grado de apertura externa, considerando cada uno de los sectores y el promedio.
La proporción de pymes que vendían al exterior alcanzaron en 2009 su nivel máximo con un 31%, cayendo en 2016 al 20%. En tanto que la apertura exportadora, medida como las ventas externas de las empresas exportadoras tuvo en 2010 punto más alto con el 22%, pasando al 14% el año pasado.
Al mirar el desglose surgen datos que muestran regresiones sumamente marcadas. El sector de Muebles pasó del 31% de empresas que vendían al exterior en 2009 al ínfimo 2% en 2016. Situación simular en el segmento de Maderas que cayó del 14% al 2%. Este derrumbe se debe a una reducción casi total de empresas exportadoras como así también porque las pocas empresas que continúan exportando envían al exterior una porción de sus ventas muy inferior.
Un caso paradigmático es el de Químicos, ha visto decrecer sustancialmente sus ventas al exterior, a pesar de que las empresas que realizan esas ventas ahora constituyen una mayor proporción del total. En 2010 las ventas al exterior representaban el 33% y en 2016 apenas el 8%, en tanto que la cantidad de empresas pymes exportadoras pasaron del 33% en 2009 al 59% en 2016. "Esto significa que más empresas operan en el mercado exportador, pero a un promedio de ventas al exterior inferior al registrado en 2010", señala el informe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario