domingo, 12 de febrero de 2017

Crecen los créditos productivos pero aún reina la cautela

Recogiendo el guante lanzado a mediados de 2016 por el Gobierno, en los últimos meses se amplió la oferta de préstamos al sector productivo, con tasas de interés que tendieron a la baja y plazos que se fueron extendiendo. Sin embargo, las empresas –y en particular las pymes– todavía no se lanzaron en manada a tomar nuevos créditos. Recién a fines de año empezó a verse cierta recuperación.

Es que la caída de la actividad en 2016, y en especial en la industria manufacturera (-4,6% interanual según el Indec) llevó a muchas firmas a desistir de tomar compromisos crediticios. Por otra parte, si bien las tasas fueron bajando, algunas líneas para capital de trabajo todavía se ubican entre 25% y 29% anual, tomando el costo financiero total. Las pymes entienden que estos niveles no son atractivos, considerando que el propio Gobierno dice que la inflación estará este año entre 12% y 17%, o más cerca del 20%, según el consenso del mercado.

“Los créditos no se están tomando, principalmente, por el bajo nivel de actividad y cierta incertidumbre futura”, afirma Marcos Cohen Arazi, economista de IeralPyme. Dice que las tasas de créditos promovidos (para bienes de capital) “no resultan muy altas, si se tiene en cuenta la Línea de Crédito para la Inversión Productiva (BCRA) que está en 17% (TNA)”. Pero advierte, que en algunos casos los bancos cumplen con el requisito exigido por el BCRA pero sin generar nuevo crédito, “de modo que esta línea no siempre llega a las pymes que más lo necesitan, sino a las que ya estaban obteniendo financiación”.
Según un relevamiento de IeralPyme ocho de cada diez MiPyMEs no solicitó ni tenía previsto pedir este tipo de créditos. “El bajo nivel de actividad, la demora en la aprobación de créditos y el desconocimiento”, son las principales causas mencionadas. Mientras el 22% de los consultados prevé invertir en bienes de capital o instalaciones en los próximos meses, el 20% no proyecta inversiones, 18% invertirá sólo en mantenimiento y el 16% mejorará el equipamiento informático.

Pedro Cascales, empresario metalúrgico y secretario de Pyme Industrial en CAME, reconoce que el crédito está disponible y las tasas han ido bajando durante 2016 pero dice que “esto no alcanza, porque las tasas en pesos continúan siendo muy altas para que las pymes puedan acceder a financiarse”. Cascales sostiene que hoy “existe al menos un 20% de las pymes industriales que tiene proyectos de inversión, a la espera de financiamiento”.

El mayor obstáculo es el crédito para capital de trabajo, que según Cascales no baja del 30% de interés anual. “Sólo los bancos oficiales ofrecen líneas entre 24% y 26%, pero generalmente llevan asociada más demora en el otorgamiento”. Y añade que estas líneas son muy requeridas “porque las pymes necesitan financiar desequilibrios transitorios habituales en los negocios por las fluctuaciones de la economía”.

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Pablo García, presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), destaca que en 2016 “la demanda de crédito estuvo bastante floja, sobre todo a principios de año. A partir del segundo semestre ya empezó a aumentar y terminamos a fin de año con bastante demanda”.

El BICE es la entidad financiera con la oferta más activa. A las tradicionales líneas para exportadores, les sumó varias orientadas al sector productivo. Lanzó Mi primer crédito Pyme, destinado a firmas que no hayan tomado crédito en los últimos dos años. Es para montos entre $500.000 y $5 millones a siete años, con tasa variable (Badlar más 4,5% con un tope de 21%) y una bonificación de 6% de la SePyme.
También ofrece una línea para inversión en bienes de capital, en pesos a 15 años y en dólares a 10 años, con tasa variable similar al crédito pyme y montos que entre $80 millones para las pymes y $200 millones para grandes empresas. Además tiene una línea para capital de trabajo asociado a un proyecto de inversión, a 3 años con tasa Badlar más 5,5%. En cuanto al comercio exterior mantiene las líneas de prefinanciación y posfinanciación de exportaciones (hasta 365 días), con tasas que van de 3,5% a 5,5% en dólares, según el plazo y montos máximos de US$10 millones por operación. Recientemente sumó otra línea para exportaciones hasta diez años de plazo, con un sistema de descuento financiero adelantado (forfaiting).

“Estamos tratando de armar un banco de desarrollo, con un criterio de completar mercados, de ver dónde el resto de la banca comercial no está entrando”, señala García. En 2016 el BICE otorgó préstamos por $6.416,4 millones, 158% más que el año anterior, de los cuales unos $2.000 millones fueron para inversiones y casi $2.300 millones para exportaciones. “Este año estamos pensando en duplicar los desembolsos del año pasado y llegar a $13.300 millones”, se entusiasma García.
La Línea de Crédito Productivo para bienes de capital o inversión en plantas industriales, promovida por el Banco Central, es en pesos a una tasa fija del 17% anual e integra la oferta de casi todas las entidades bancarias, aunque varían los plazos de repago. Mientras el Banco Galicia y el Santander prestan a 48 meses, el HSBC tiene créditos a 12, 36 y 48 meses, el Hipotecario a 36 meses y el Banco Nación extiende el plazo para inversiones hasta 10 años. La oferta de líneas para capital de trabajo es más reducida y las tasas van del 28 al 30%, según las entidades.

Un informe de Ecolatina destaca que en los últimos meses de 2016 el crédito, tanto en dólares como en pesos, comenzó a dar señales de mejora, y explica que esta recomposición “estaría asociada a una recuperación de la actividad, ya que las tasas de interés reales se mantuvieron prácticamente estables”.
¿Por qué no bajan las tasas? le preguntó el Económico a Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Ecolatina. “Mientras no bajen las tasas de referencia (Lebac, pases del BCRA), no bajarán”. Si hay menos inflación “podrían bajar un poco las tasas, quedar 4% o 5% por encima de la inflación, pero conceptualmente el Banco Central quiere tasas reales positivas”, asegura.

Con la vista puesta en los próximos meses, Pablo García destaca que el BICE es “el termómetro de la expectativa de largo plazo, porque nuestros préstamos van a 7 u 8 años promedio”. Y agrega: “En general, la expectativa que vemos es buena”.


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