Estrategias del Ajedrez para aplicar a tu negocio
El tablero. ¿En qué se parece un negocio a una partida de ajedrez?
Es verdad que en el ajedrez tienes un
adversario único, mientras que las decisiones en el mundo de los
negocios se complican debido a que existen muchas otras variables a
considerar, pero, como el empresario, el jugador de ajedrez está en
constante tensión, tomando decisiones difíciles. Pero antes de decidir
el jugador pasa mucho tiempo analizando la jugada, algo que si los
políticos o las empresas hicieran se ahorrarían realmente muchos errores
y dinero. Comprender y analizar bien la realidad que nos rodea antes de
tomar una decisión, antes incluso de considerar tomarla o no, puede
ahorrarnos mucho tiempo y el tiempo también es dinero. Antes de elegir
jugada hay que observar la foto general —del tablero o de la empresa—,
el escenario en el que nos encontramos. Esta planificación nos la enseña
el ajedrez y es aplicable a cualquier situación de la vida en la que
haya que tomar decisiones.
Estrategia. Una vez analizada
nuestra posición los siguientes pasos serían la estrategia (establecer
objetivos) y la táctica (el método), ¿cómo podemos diferenciarlas bien?
A menudo las personas no programamos
estrategias sino que reaccionamos al problema, actuamos de inmediato
—cuando no queda más remedio— y así es como se pierde la partida. Es lo
que sucede ahora con la crisis, los políticos no prevén el problema, por
eso van siempre un paso por detrás porque no predicen el futuro y las
decisiones son tardías e incorrectas. Pero todo saldría mejor si tenemos
los escenarios previstos.
La estrategia son los objetivos y
táctica los métodos. El truco es sentarse, aislarse en un lugar
tranquilo donde estemos cómodos, con una hoja en blanco, el ordenado
apagado y el móvil desconectado, y sencillamente dedicarse media hora a
pensar y planificar.
Hoy vivimos a un ritmo frenético, nos
estamos habituando a trabajar de manera muy rápida y no nos da tiempo a
pensar ni a reflexionar, tenemos mucha capacidad de reacción, sí, pero
si uno parte de un mal plan los resultados van a estar condicionados por
él. Elaborar una buena estrategia requiere de un momento reflexivo,
individualmente o en equipo, pero hay que pararse, tomarse el tiempo
necesario para pensar y reflexionar si lo que estamos haciendo es lo
correcto.
Actitud. Práctica, táctica,
paciencia, concentración, mentalidad, perseverancia, disciplina… ¿cuál
de todas debe primar en el mundo empresarial?
Todas son importantes, y aunque hay muchas inteligencias —matemática, social,
emocional…—, para mí la capacidad o la inteligencia para aprender cosas
nuevas es fundamental, si uno no es capaz de entender y humildemente
aceptar que cada día puede aprender algo nuevo no tendrá tanto éxito,
porque hay que estar atento al entorno y a la realidad para aprender de
ellos.
Productividad. “La fórmula ‘talento+trabajo=éxito’ ha sido siempre la receta mágica que
todos conocen y muy pocos aplican con la necesaria intensidad” ¿No nos
esforzamos lo suficiente?
Rendimiento y sufrimiento no están
relacionados, al contrario, si se sufre en el trabajo se rinde menos.
Hay gente que trabaja 16 horas, y así confundimos meter horas con el
rendimiento, y no se trata de eso, no se trata de trabajar más sino
mejor en menos horas. Antes de ponerse el mono de faena hay que pensar,
qué voy a hacer, por qué lo voy a hacer y cómo lo voy a hacer (de nuevo
la estrategia). Estas tres preguntas son básicas en ajedrez, pero en el
mundo de la empresa eso se olvida mucho, porque el éxito te ciega y te
aparta del campo estratégico.
Talento
Vivimos en un entorno hostil hacia el
talento, desde el sistema educativo hasta la empresa. En los colegios no
se gestiona el talento ni se cultiva, no hay tiempo. En la empresa
tampoco, nuestro mundo es cortoplacista y no se nos da la oportunidad de
opinar ni desarrollar las iniciativas propias, todo se condiciona a los
beneficios y el dinero. Nos piden resultados pero no se invierte en
talento ni en creatividad, y el talento es una inversión, no da dinero
al principio, pero es una inversión. Pero uno debe descubrir poco a poco
sus puntos fuertes, y no dejar de formarse, hay que invertir en uno
siempre, la formación debe ser permanente y personalizada. Además es
clave hacer algo que nos guste y que queramos hacer para lograr
resultados y desarrollo personal, en lugar de ponernos metas que no
deseamos alcanzar. ¿Qué quiero hacer yo?, ¿en qué soy bueno?, son
preguntas que debemos hacernos.
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