El proyecto de reforma
tributaria incluye impuestos para rendimientos mayores a $ 52.000 que
perciban personas físicas residentes en el país por sus inversiones
financieras. La medida no alcanza a las ganancias que provengan de
acciones.
Mucho se habló durante los últimos meses del proyecto de ley de reforma
tributaria que preparaba el oficialismo. Que estaba escondido bajo siete
llaves, que no sería llevado al Congreso de la Nación hasta después de
las elecciones legislativas para que el clima electoral no afectara la
aceptación del proyecto, y hasta que, si la propuesta era buena, se
hubiera presentado antes para capitalizarla en votos.
Todas esas especulaciones quedaron atrás luego de que el
ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, presentara el proyecto con el que
el que el Ejecutivo buscará rediseñar el esquema tributario del país.
El mismo finalmente incluirá –como se especulaba– un impuesto a la renta
financiera. Es decir, de sancionarse el proyecto, el gravamen se
aplicará a las ganancias mayores a $ 52.000 anuales que perciban las
personas físicas residentes en el país, y alcanzará los rendimientos
provenientes de títulos públicos (en pesos y dólares), plazos fijos,
Lebacs, y fondos comunes de inversión. Sin embargo, dichos impuestos no
se aplicarán a las ganancias provenientes del mercado de acciones.
La alícuota incluida en la propuesta del oficialismo
será del 5% para las inversiones en renta fija en pesos sin cláusula de
ajuste (aunque el Ejecutivo podrá elevar esta alícuota, según las
condiciones económicas imperantes hasta alcanzar convergencia con
alícuota del 15%); y de 15% para los títulos en moneda extranjera o
indexados.
Consultados respecto a qué consecuencias tendrían
estos impuestos en el mercado, especialistas financieros coincidieron en
que las Lebacs continuarán siendo uno de los instrumentos con mejor
rendimiento, que la medida podría estimular la compra de acciones –de
baja relevancia dentro del mercado de capitales–, y que los plazos fijos
bajarían todavía más su rendimiento.
De acuerdo a información proporcionada por Federico
González Rouco, economista y funcionario de jefatura de Gabinete de
Ministros, si se aplicara el gravamen al mínimo no imponible de $
52.000, quienes compraron Lebacs a una tasa de 26,5% pagarían: $ 50
anuales si invirtieron $ 200.000; $ 713 anuales si invirtieron $
250.000; $ 1375 para inversiones de $ 300.000; $ 4025 si invirtieron $
500.000; $ 7338 si se invirtieron $ 750.000; y $ 10.650 si la inversión
alcanzó el millón de pesos.
Al respecto, Nery Persichini, economista jefe de MB
Inversiones, dice que “aún aplicando el impuesto, el rendimiento de las
Lebacs continuará siendo atractivo para el inversor”. “Las inversiones
en Lebacs tienen un rendimiento real en torno al 10% anual, con lo cual
quien apueste por ellas va a seguir ganando”, explica.
Consultado por la no inclusión del gravamen para los
rendimientos de las acciones, Persichini considera que “es una decisión
acertada, ya que representa la porción más pequeña del mercado de
capitales”. Mientras que, en términos generales, el economista de MB
Inversiones se manifestó mayoritariamente a favor de la decisión del
Ejecutivo de incluir el impuesto a la renta financiera.
“Pese al cambio de condiciones respecto a quienes
ingresaron al blanqueo, la decisión se entiende y va en sintonía con lo
que dijo el presidente Mauricio Macri el pasado lunes, respecto a que
todos deben ceder un poco”, expresa. “De todas maneras, los
inversores compraron más el discurso que dio Macri respecto al camino
trazado para el mediano y largo plazo que la letra chica de las reformas
de ayer”, añade.
Alejandro Bianchi, gerente de Inversiones de
Invertir Online, cree que “en términos generales hay un cierto
descontento entre los inversores, ya que el inversor particular estaba
acostumbrado a que sus inversiones estaban exentas del gravamen”.
Bianchi expone que la medida afectaría “no solo al inversor grande,
sino también a la clase media” y que “invertir en la Argentina es más
riesgoso y las pérdidas no se computan”. Además, coincide con Persichini
en que, de aprobarse, la Ley “podría generar un descontento para
aquellos que blanquearon, a los que les cambiaron las reglas del juego a
los pocos meses” de haber ingresado en el Régimen de Sinceramiento
Fiscal.
Respecto a las consecuencias que podría tener el
proyecto en los mercados, Bianchi alerta que los plazos fijos serán los
más afectados. “Los rendimientos de los plazos fijos ya no eran
rentables en relación a la inflación, con lo cual si se agrega el
gravamen el inversor saldrá del plazo fijo y migrará hacia las Lebacs”,
proyecta. Y respecto a cómo reaccionarían quienes apuestan a inversiones
en dólares tras un porcentaje más alto en el gravamen, el ejecutivo de
Invertir Online adelanta que “el inversor que tiene un perfil menos
arriesgado, e invierte en dólares, probablemente siga haciéndolo”,
mientras que “para el que apuesta más al riesgo, el diferencial hará que
se vuelque más a pesos”.
Lucas Gardiner, director de Porfolio Personal,
argumenta que si bien todavía no hay mucha información respecto a cómo
se aplicarán los impuestos a la renta financiera, “conceptualmente estoy
de acuerdo, en la medida que esté acompañado también por una reducción
de impuestos a PyMEs o pequeños productores”. “Es como dicen, todos
cedemos un poco”, expresa.
“Igualmente todavía falta información, como por
ejemplo si solo van a alcanzar a inversiones futuras o si los
rendimientos pueden llegar a volver a través de deducciones”, considera
Gardiner. Sin embargo, el economista de Porfolio Personal cree que “el
gravamen no debería afectar demasiado el rendimiento” de las inversiones
en pesos.
“También es cierto que ya no tendrá mucho sentido
apostar al plazo fijo y es más conveniente invertir en Lebacs, que rinde
más, tiene menos riesgo y sacás la plata cuando querés”, dice. “De
todas maneras, yo creo que el que invierte en dólares lo hace porque no
está cómodo invirtiendo en pesos. El rendimiento de un bono a corto
plazo en dólares (que es donde se daría una mayor brecha respecto al
peso en cuanto al gravamen), tampoco cambia demasiado. Yo personalmente
me iría a pesos pero por un tema de rendimiento, no de impuestos”,
concluye.
Apertura 2/11/2017
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