Las necesidades financieras hacen que las personas tomen deudas para
hacer frente a gastos que son necesarios para mejorar el estándar de
vida o para poder avanzar profesionalmente. El problema surge cuando no se hace un análisis certero de la capacidad de pago para cumplir con los compromisos, lo que puede llevar a un desbarajuste para el bolsillo.
En
ocasiones, quien tiene una deuda suele autoconvencerse realizando
simples cuentas y la promesa de "gastaré menos el mes que viene", el
equivalente a "el lunes empiezo" que se hace con las dietas.
Ante una situación de endeudamiento y si se quiere salir lo antes posible, hay que reconocer primero que esto es parte de un proceso. Se recomienda ser pacientes y centrarse en las deudas que son más urgentes y pueden generar mayores consecuencias.
Siempre se deben pagar primero las
deudas más caras debido a que estas crecen más rápido cuando no las
pagás.
El pago mínimo de una tarjeta de crédito es
mucho más costoso que un préstamo personal. En muchos casos supone
intereses sobre el saldo de deuda superior al 60% y 70% anual. Usualmente las deudas con tarjeta de crédito son las más
caras, seguidas por las de préstamos personales y vehiculares; mientras
las más baratas son las hipotecarias.
"Es importante tener especial cuidado de no afectar tu reputación financiera", Entre más esfuerzos para
reducir las deudas, mejor será el puntaje crediticio y el reporte que
llegue a las entidades lo que, a futuro, se traduce en tener acceso a
mejores créditos.
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