Balance
2016 y Perspectivas 2017
“El año que se va nos deja con muchos buenos recuerdos y con recuerdos no tan buenos pero es hora de dejar todo eso atrás. Comenzamos un nuevo año y eso hay que celebrar. Te deseo un gran Año Nuevo, amigo y que tus sueños y metas se encuentren cada vez más cerca, que pronto se hagan realidad.”
El 2016 ha sido un año bastante malo
como indica casi todos los parámetros económicos (empleo, actividad, inversión,
producción, recaudación, etc). El ansiado segundo semestre nunca llegó y aunque
algunos rubros comienzan a repuntar es difícil saber cuando finalmente la
economía volverá a crecer nuevamente.
En el primer año del nuevo
gobierno, se intentó reacomodar las cuentas fiscales que habían sido
manipuladas por el gobierno anterior dejando un déficit fiscal significativo.
Es una lástima que cuando asumió Cristina en el 2007, todos los números estaban
en orden y veníamos de un crecimiento a altas tasas en los años de Néstor, luego
se pasó a una economía inestable. Hay que reconocer las virtudes del gobierno
anterior (generación de empleo, integración social, subsidios a las clases
medias y bajas) pero no se supo sentar las bases para sostener este
crecimiento. No se hicieron las inversiones necesarias en infraestructura y
bienes de capital que hubieran permitido crece a menores tasas pero de una
manera firme. Es más fácil crecer mediante el aumento de la demanda y el
consumo, pero esto generó la inflación que todos sufrimos y que representa una
de los peores dolencias de cualquier economía.
Como dije, lo primero que intentó
el gobierno de Macri fue acomodar las cuentas, pero a costa de despedir gente
del estado y reducir subsidios. Esto trae como consecuencia que haya menos
ingresos y por lo tanto menos consumo con lo cual la actividad económica cae y
la presión sobre los precios comienza a ceder y por lo tanto la inflación cae. En
términos teóricos es muy bonito, pero la realidad es que hay familias que dejan
de consumir y cada vez más deben ajustar sus presupuestos para llegar a fin de
mes.
Una de las apuestas fue pretender
que las Pymes que representan más del 80% del empleo genuino generado en el
país sean las que lleven adelante la recuperación mediante la creación de
empleo. La Ley Pyme fue un aliciente y ayuda pero hay aspectos más profundos
para tratar: la presión impositiva es altísima, los costos laborales y de
logística también. Además las idas y vueltas con las facturas de energía y agua
afectaron negativamente y crearon incertidumbre. Los índices de la mayoría de
las cámaras y asociaciones que agrupan a las Pymes de distintos rubros
mostraron que las principales variables (producción, inversión, ventas y
empleo) fueron a la baja aunque con distinta intensidad y hay que reconocer que
a pesar de la caída de las ventas la baja en el empleo fue relativamente baja.
En este escenario, es difícil pedirle a las Pymes que generen empleo. No
obstante, las expectativas de los empresarios se mantuvieron optimista durante
el año creyendo que la situación se revertirá.
Por último, el cambio de ministro
Prat Gay por Dujovne no es una buena señal y antes de asumir dijo que sobraba 1
millón de empleados en el estado y que había que acercarse al FMI para
financiarse. Además su objetivo es sanear las cuentas fiscales de una vez. Lógicamente cuando asumió en su nuevo cargo
su discurso fue más cauto pero su pensamiento ya es de conocimiento público.
Sin embargo, en vez de pensar
como achicar no se piensa como recaudar más? No a través de crear nuevos
impuestos. Sino generando las condiciones para que la economía se reactive de
una vez y eso llevará a que aumente las ventas y la actividad y por lo tanto
haya una mayor recaudación. No es algo simple, pero el uso eficiente de los
recursos que incluye los empleados públicos puede hacer disminuir ese déficit
sin tener que disminuir el gasto. Y además en un año electoral como el 2017 va
a ser muy difícil bajar el gasto si Macri aspira a ganar la legislativa.
En fin, por el bien de todos
esperemos que la economía despegue lo más rápido posible mediante un plan
sostenible y que no sea artificial. Se requiere de señales claras por parte del
gobierno para conocer su estrategia de mediano-largo plazo y solo así los demás
actores (principalmente las empresas) se acoplaran a este plan y el crecimiento
que además requiere un desarrollo (tema aparte) será de manera natural.